Sí, he acudido varias veces a entrevistas de trabajo, puesto que llevo desde los 15 años trabajando ( fijo en verano y temporales durante el año). De hecho, mi última experiencia en una entrevista de trabajo fue bastante satisfactoria. Me cogieron sin necesidad de buscar más, no sé ni cómo, pero así fue. Fue hace relativamente poco, en Fogueres d´Alacant de azafata para una empresa re restauración de edificios, BDI.
Según mi punto de vista y acorde con los artículos, no iba para nada preparada. Me dijo una amiga que mandara el curriculum vitae a una dirección que había visto anunciado en un cartel, y así fue, pero no sin antes de ponerlo al día. De un día para otro me citaron, imprimí mi curriculum actualizado y me presenté allí. La impresión en general fue buena, eran una oficina de gente agradable. Durante el transcurso de la entrevista, después de hacerme unas cuantas preguntas básicas, me iban explicando en qué consistía el trabajo y como lo enfocaban. Ahí fue el único momento en que me puse nerviosa. Me di cuenta que buscaban una imagen corporativa, de una chica joven y agradable a la vista, y por lo visto mis otras dos compañeras que aun no conocía, eran dos mujeronas. Ahí me plantee el hecho de no encajar con el perfil que buscaban. Pero, bueno, me tranquilicé, porque me estaban dando esperanzas. Parece que les caí bien, me dijeron que me aceptaban, ¡ya estaba dentro!. Me dijeron el día en el que empezaba y saltó el inconveniente, los zapatos. Me había presentado con mis zapatillas rojas parecidas a unas de deporte, pero más formales. Me dijeron que si tenía algún inconveniente en llevar uniforme y tacones. Así que, no muy a mi agrado, les dije que sin ningún problema. Me dije a mi misma que si había que adaptarse durante unos días pues se hacía, porque al fin y al cabo era para conseguir lo que yo me había propuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario